Las mascarillas para la cara son básicas para mantener la piel sana, al momento de elegir surgen dudas de cuáles son las mejores ¿Las que podemos hacer en casa o las comerciales? Aquí te decimos los pros y contras de cada una.

 

Las mascarillas para el cutis son un complemento indispensable en la rutina de belleza, ya que debido a la contaminación, los rayos UV y todos los factores climáticos, las cremas y los sueros necesitan de este elemento para potenciar su efecto.

 

Pero después de ver toda la oferta que existe en el mercado y las recetas caseras que hacían nuestras abuelas, no sabemos qué comprar ni cuál puede ser la mejor. Como en todo, hay pros y contras en ambos casos, por eso, hicimos este cuadro comparativo para ayudarte a decidir.

 

FACTOR

MASCARILLAS CASERAS

MASCARILLAS COMPRADAS

Facilidad

Hay que tomarse el tiempo para hacerla.

Con solo destapar su envase es suficiente.

Ingredientes

Sabemos exactamente qué contiene y no siempre queda exactamente igual.

No sabemos exactamente las cantidades de lo que contienen. Lo que es un hecho es que sus ingredientes activos son más concentrados y pueden dar resultados en menor tiempo.

Durabilidad

Caducan rápidamente por lo fresco de sus ingredientes.

Su fecha de caducidad es más prolongada.

Precio

Son muy baratas. La mayoría de ellas se hacen con lo que tenemos en casa.

No en todos los casos su precio es accesible.

 

Prácticas

Para salir de viaje o en un día muy ajetreado, no son tan prácticas.

Son muy prácticas para emergencias, poco tiempo y viajes.

 

En el caso de las mascarillas comerciales lo recomendable es:

• Revisar la etiqueta para conocer su contenido e identificar si es conveniente o no para tu tipo de piel.

• Buscar marcas de prestigio, las cuales estén reguladas por las autoridades sanitarias y cuya reputación es buena.

• Elegir una mezcla con ingredientes naturales, y es que la industria cosmética seria, pasa años innovando y creando productos de gran calidad, buscando algo parecido a lo natural.

• Solicitar una muestra antes de adquirir un frasco completo y realizar una prueba de alergias.

La mejor manera de comprar lo que realmente es benéfico para nuestra piel es informándonos y leyendo las etiquetas, así como recurrir a las marcas reconocidas y sobretodo con un especialista. Con la salud no se juega y más vale invertir más tiempo en saber sobre lo que compramos que ir a ciegas.